Del 05 al 12 de octubre del presente año, Perú fue sede de
la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo del Banco
Mundial (BM) que congregó a los ministros de economía y gobernadores de los bancos
centrales de casi doscientos países.
En el cual se puso fin a discrepancia pública entre el
ministro de Economía Alonso Segura y el FMI, reduciendo su estimado de
crecimiento para la economía peruana a sólo 2.4% en el 2015 y 3.3% en el 2016, que
se distanció así de las proyecciones del MEF y del BCR, de 3.2% y 3%,
respectivamente.
Los organismos internacionales reconocieron que en nuestro país
la desaceleración es severa y la recuperación tomará tiempo, estableciendo un
mayor desafío, según los expositores de la reunión anual.
Dos principales problemas reconocidos fueron: Los menores
ingresos fiscales por los menores precios de los commodities que reducen el
espacio para la política fiscal expansiva y la depreciación de las monedas.
No sólo impacta negativamente en los términos de intercambio
y en las exportaciones, sino que implica también menores transferencias al
Estado, lo que afecta el crecimiento. “El impacto más dañino se da en el
crecimiento de largo plazo”, señaló Mitsuhiro Furusawa, deputy manager director
del FMI. “Luego de períodos de boom, el crecimiento de los años siguientes en
los países exportadores de commodities es bajo o incluso negativo”, agregó.
A esto se suma la baja de los ingresos por impuesto a la
renta, luego de su reducción a las personas naturales y empresas como parte de
uno de los paquetes de reactivación. Entre enero y agosto cayeron 11.4%
respecto al año anterior, y si en el 2014 representaron el 7% del PBI, hoy sólo
representan el 5.8%. La mayor baja se registró en el segmento de personas jurídicas,
que cayó 15.6%, y hoy representa sólo el 2.7% del PBI, luego de que en el 2004
representara el 4.4%.
Para Cristina Lagarde, directora del FMI, los banqueros
centrales demostraron habilidad para crear e innovar en un contexto de
abundante liquidez en el mundo y tasas de interés reales negativas. El actual
presidente del BCR, Julio Velarde considerado como el mejor banquero central
2015, enfrenta la depreciación de las monedas y su temor a devaluarlas.
El miedo a devaluar ha llevado al BCR a reducir sus reservas,
medida como posición de cambio. Desde abril del 2013, ha utilizado el 47% de
éstas para frenar el alza del tipo de cambio. Entre enero y septiembre de este
año, el BCR ha intervenido a un ritmo promedio de US$1,000 millones mensuales.
A ese ritmo, el total de reservas que le queda le alcanzaría sólo para 25 meses
más. Sin embargo, el BCR moderaría su ritmo de intervención, ya que en teoría
sólo interviene para suavizar los movimientos bruscos del tipo de cambio, no
para cambiar su tendencia.
El miedo a devaluar, el BCR subió su tasa de referencia en
un contexto de desaceleración económica con el objetivo de evitar una salida
abrupta de capitales y que el tipo de cambio continúe su tendencia creciente, y
afecte la inflación y las expectativas de inflación.
Dentro del marco de esta reunión se realizaron otras
paralelas, como la reunión de Ministros de Finanzas de la Alianza del Pacífico,
con importantes acuerdos, entre los que destacan la preparación de mecanismos
financieros que permitan una transferencia conjunta de riesgos derivados de los
desastres naturales, como los que podría ocasionar el fenómeno del Niño; la
formación de un vehículo financiero que permita financiar la inversión en
infraestructura; la promoción de mecanismos de inclusión financiera, incluyendo
el reconocimiento mutuo de emisores en mercados de capital, financiamiento de
PYMEs y promoción del uso de mecanismos de pago electrónico, entre otros.
Finalmente el reto es resolver tres problemas básicos: alta
informalidad, la baja productividad de la economía en conjunto y alta
desigualdad que persiste a pesar de los avances de los últimos años.
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