viernes, 31 de agosto de 2018

LA ÉTICA, MÁS ALLÁ DE BUENAS PRÁCTICAS Y MARCOS DE REFERENCIA



Dados los casos de corrupción más recientes y mediáticos como Odebrecht a nivel Latinoamérica o el caso del Consejo Nacional de la Magistratura en nuestro país, se ha abierto el debate para el fortalecimiento de esquemas de control como COSO, COSO ERM e ISO 31000. Sin embargo, más
allá de las buenas prácticas o los marcos de referencia empresariales debemos regresar la vista a la formación integral del ser humano, a la familia.

La pérdida de valores acarrea en un problema social que a largo plazo podría ser la destrucción de la sociedad, sin embargo, aún estamos a tiempo de tomar las medidas correctivas y enderezar la realidad y nuestro futuro por medio de campañas de valores que motiven a los jóvenes a ver este tema de la ética como el más fundamental en su preparación personal, académica y profesional. Por lo que, se debe desarrollar - a nivel personal y organizacional - la capacidad de establecer prioridades para imponer jerarquía entre lo que nos apetece hacer y lo que realmente se debe hacer.

Muchas organizaciones al no contar con planes de carrera claros ni controles en sus procesos, contribuyen con el fraude y la corrupción haciendo que solo los que están con los mandos altos ocupen posiciones gerenciales. La mayor parte de los fraudes y delitos de corrupción empiezan  siendo menores y van creciendo en la medida en que no se detectan

En consecuencia, la persona se convierte en la principal fuente de riesgo en las organizaciones. Por ello, urge la implementación de mayores controles en los Procesos de Selección de Personal, en el que además de medir la formación académica y la experiencia profesional, se incorporen filtros para medir el Perfil Criminal de la persona, que permita profundizar en su escala de valores.

Además, se debe implementar la evaluación continua a los colaboradores a través de indicadores de desempeño en el que se incluyan indicadores de corrupción.